Artículo publicado en EL PAÍS (12 octubre 2019)
Hoy os queremos hablar sobre cómo se debe llevar acabo el tratamiento terapéutico de la metástasis ósea. En primer lugar, hay que tener claro que el tratamiento de la metástasis ósea se centra en reducir el dolor y evitar fracturas.
Hay que tener en cuenta que aunque acabemos con nuestros conocimientos y no tengamos más habilidades técnicas ni aparatos o sustancias que ofrecer, siempre mantendremos la posibilidad de dar la mano a nuestro paciente en el difícil camino de controlar la vida desbocada en forma de tumor metastásico que desemboca muchas veces en un desenlace amargo y doloroso”. Esta filosofía, recogida en forma de prólogo, impregna las páginas del “Manual sobre el tratamiento de las Metástasis Óseas”, del Dr. Antoni Fraguas, traumatólogo en el Centro Médico Teknon y especialista de referencia en este campo.
El dolor debilitante y la incapacidad que suele afectar a los enfermos con cáncer avanzado son producidos, generalmente, por las metástasis óseas. En la mayoría de los casos, el sufrimiento de estos pacientes “puede ser controlado de manera efectiva con medidas relativamente sencillas”. No obstante, lamenta el doctor Fraguas en su escrito que el dolor a menudo es “mal tratado o mal diagnosticado”.
Fraguas considera imprescindible, por lo tanto, la implicación de los traumatólogos en el abordaje terapéutico de las metástasis óseas con “el objetivo primordial de evaluar, tratar y aliviar el dolor del paciente” para mejorar su calidad de vida. Un abordaje que, además, “debe preservar la funcionalidad general del enfermo de modo que pueda gozar de autonomía el máximo tiempo posible”. La finalidad es que mantenga, en la medida de lo posible, la función del esqueleto. “Intentamos –explica el doctor- que el paciente siga caminando, utilizando los brazos o que, como mínimo, pueda sentarse en una silla en vez de permanecer en la cama”.
El tratamiento curativo del tumor sólo se plantea cuando la enfermedad primaria se halla en estado de remisión y existe una única lesión metastásica, quirúrgicamente extirpable, en tumor primario de mama, ovario, testículo, tiroides, riñón o linfoma histiocítico. Cuando no es este el caso, el tratamiento terapéutico de un paciente con metástasis ósea debe centrarse “en reducir el dolor, aumentar la movilidad, evitar fracturas, facilitar las curas y disminuir la ansiedad y la depresión”, enfatiza el especialista.
El tratamiento ortopédico; la medicación (antiálgica, antiinflamatoria, ansiolítica o antidepresiva); la radioterapia convencional o metabólica con estroncio; la crioterapia; la radiofrecuencia; la quimioterapia; el tratamiento hormonal o el uso de bifosfonatos son algunos de los procedimientos, generalmente combinados, para abordar las metástasis óseas.
El dolor no tratado causa sufrimiento innecesario ya que disminuye la actividad, el apetito y el sueño. Destaca el Dr. Fraguas que “los pacientes con cáncer frecuentemente pierden la esperanza cuando aparece el dolor, así que es necesario controlar el sufrimiento y no sólo en las personas con enfermedad avanzada, sino también en aquellas cuya condición es estable y cuya esperanza de vida es prolongada”.