– ¿Por qué cada vez hay más lesiones deportivas?
Cada vez se diagnostican dolencias que antes no se consideraban. Por ejemplo, lesiones de SLAP de hombro, que son desgarros del tendón del bíceps. Tampoco se diagnosticaban lesiones de PINCER/CAM en la cadera, que no so otra cosa que desgarros cartilaginosos de esa zona del cuerpo. En definitiva, el deportista es cada vez más exigente para conocer sus problemas físicos.
– ¿Se llegará algún día al <>, programado desde pequeño?
En los países del antiguo Telón de Acero esto era casi una obsesión. Desde pequeños se buscaba a futuros deportistas a los que se prepara para exigirles el máximo rendimiento mediante técnicas no siempre explicadas. Hoy es muy importante detectar donde puede llegar un deportista de élite. Seguro que en potencia existen muchos más campeones olímpicos que no lo han podido demostrar por falta de oportunidades.
– ¿Existen tests para detectar los genes deportivos?
En esta era de pruebas genéticas se han experimentado test que pronostican las habilidades atlética naturales de los niños. El proceso es simple. Se toma una muestra de ADN y se lleva al laboratorio para que se les aplique el análisis de ACDN3, un gen de lo más de 20.000 del genoma humano. Hace cinco años se descubrió la relación entre este gen y las capacidades deportivas del individuo.
– A pesar de los exhaustivos controles de doping, parece que cada vez se buscan sustancias para eludir esos controles y que tiene rendimientos casi sobrenaturales…
Siempre hay que valorar la salud del deportista. El deporte se hace por salud. Cuando pasa a ser un espectáculo o una actividad comercial, se convierte en una profesión. En definitiva cuando esta práctica puede ser perjudicial para tu salud deja de ser deporte y entra en la esfera del negocio. El doping colisiona directamente contra el espíritu deportivo.
– ¿Cuál ha sido el principal avance en traumatología?
Probablemente la artroscopía, entendida como una técnica mínimamente invasiva. La tendencia en traumatología es obtener el mismo resultado que antes se tenía con cirugía convencional abierta, pero de forma menos invasiva, más rápida y con recuperaciones cortas.
– ¿En que momento está la utilización de células madre para lesiones traumatológicas?
Ayudan principalmente en problemas óseos. La química favorece mucho a la cirugía y cada vez será más importante. Además de las células madre se usan factores de crecimiento, ácido hialurónico, cultivos de cartílago, ozono y colas biocompatibles. Es un campo que tiene que dar todavía mucho de sí.
– ¿Qué nivel tiene España en aplicación de modernas técnicas de traumatología?
Como en otros temas la investigación es nuestro punto débil. Sin embargo gracias a las nuevas tecnologías los protocolos de actuación son similares en todo el mundo.
– ¿En qué medida se utilizan tejidos de difuntos en este tipo de lesiones?
Los bancos de tejidos proporcionan huesos, meniscos, ligamentos, articulaciones y congelación. Hoy en día, su uso esta generalizado y aceptado por los receptores. En los últimos años se han probado materiales modernos alternativos aunque con dispar resultado. Lo que da mayor garantía es el propio tejido humano.